
Dos espías en Caracas (Spanish Edition)

Quiero decir que en estos precisos instantes, en este puto 4 de febrero de 1992, mientras tú duermes, hay un golpe militar en marcha; están atacando con tanques el Palacio de Gobierno y al otro lado de la ciudad también están bombardeando con morteros la residencia del presidente. No sabemos quiénes son esos soldados
Moisés Naím • Dos espías en Caracas (Spanish Edition)
Dec 6 6:35
Pero Iván Rincón tiene obligaciones que ella desconoce. Y que son mucho más importantes que el sexo. Impaciente, se pone de pie y se aleja de la cama. Finalmente cede. Se levanta y sale al balcón desnuda para tratar de calmar su furia. Respira profundamente la brisa que viene del mar. La Habana, silenciosa en
Moisés Naím • Dos espías en Caracas (Spanish Edition)
Dec 4 / 12:04
Quiero decir que en estos precisos instantes, en este puto 4 de febrero de 1992, mientras tú duermes, hay un golpe militar en marcha; están atacando con tanques el Palacio de Gobierno y al otro lado de la ciudad también están bombardeando con morteros la residencia del presidente. No sabemos quiénes son esos soldados
Moisés Naím • Dos espías en Caracas (Spanish Edition)
Pero Iván Rincón tiene obligaciones que ella desconoce. Y que son mucho más importantes que el sexo. Impaciente, se pone de pie y se aleja de la cama. Finalmente cede. Se levanta y sale al balcón desnuda para tratar de calmar su furia. Respira profundamente la brisa que viene del mar. La Habana, silenciosa en
Moisés Naím • Dos espías en Caracas (Spanish Edition)
Quiero decir que en estos precisos instantes, en este puto 4 de febrero de 1992, mientras tú duermes, hay un golpe militar en marcha; están atacando con tanques el Palacio de Gobierno y al otro lado de la ciudad también están bombardeando con morteros la residencia del presidente. No sabemos quiénes son esos soldados
Moisés Naím • Dos Espías en Caracas
Pero Iván Rincón tiene obligaciones que ella desconoce. Y que son mucho más importantes que el sexo. Impaciente, se pone de pie y se aleja de la cama. Finalmente cede. Se levanta y sale al balcón desnuda para tratar de calmar su furia. Respira profundamente la brisa que viene del mar. La Habana, silenciosa en