Nacidos para Correr: Una tribu oculta, superatletas y la carrera mas grande que el mundo nunca ha visto (Spanish Edition)
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Nacidos para Correr: Una tribu oculta, superatletas y la carrera mas grande que el mundo nunca ha visto (Spanish Edition)
La ultramaratón parecía ser un universo paralelo donde no se aplica ninguna de las reglas que rigen el planeta Tierra: las mujeres eran más fuertes que los hombres; los más viejos eran más fuertes que los jóvenes; tipos salidos de la Edad de Piedra con sandalias eran más fuertes que cualquiera. Y eso por no hablar del millaje.
Cuando se aproxima el día de la carrera, los tarahumaras no entrenan ni reducen distancias como parte de su preparación. No estiran ni calientan. Tan solo se acercan a la línea de partida riendo y haciendo bromas… y luego corren como alma que lleva el diablo durante las próximas cuarenta y ocho horas.
No se trataba sólo de cómo correr; se trataba de cómo vivir, la esencia de lo que somos como especie y cómo deberíamos ser.
“Uno no deja de correr porque se hace viejo —dice el Demonio—, uno se hace viejo porque deja de correr”.
Quizá todos nuestro problemas —toda la violencia, obesidad, enfermedades, depresión y avaricia que no somos capaces de superar— empezaron cuando dejamos de vivir como la Gente Que Corre.
Meses después averiguaría que el iskiate es también conocido como chía fresca.
Hasta ocho de cada diez se lastiman cada año.
Corremos cuando estamos asustados, corremos cuando estamos extasiados, corremos huyendo de nuestros problemas y correteamos en busca de diversión.
“El buen caminante no deja huellas”, no era un sutil koan1 sino un consejo de entrenamiento real y concreto.